jueves, 19 de febrero de 2009

Introducción


Cuando conocí el son jarocho fue por una grabación que un amigo me había obsequiado; pertenecía al grupo Los Cojolites. Días después, otro amigo me obsequio un disco de Son de Madera y la compilación de Antología del Son Mexicano, de ellos el son del amanecer cautivo mi atención y no deje de escuchar son, por varios días.


Al mes siguiente se aproximaba el dos de febrero, Fiesta de la Candelaria. Una semana antes un compa de CU fue a la UAM-X ofreciendo los últimos asientos para un camión rumbo Tlacotalpan. Compre los boletos con el objeto de fugarme un rato, con el deseo de olvidar.

Nunca pensé que en ese camión, encontraría un lugar como Tlacotalpan y menos aun música tan bella como el son jarocho, era la primera vez que iba.

Menos aun, que en el camión encontraría, una mujer de la me que enamoraría y a quien olvidarle me llevaría cerca de 4 años; una mujer a quien deseaba con el alma declarar en una canción mis sentimientos: el amanecer.

He decido contarles esta parte de mi vida porque con el son jarocho conocí el amor y el desamor, la pena y el olvido; a su lado he reído y llorado; y mas de una vez me ha dado de comer. Porque tengo la seguridad, la música en general se nutre de nuestros sentimientos y cada vez que nos sinceramos con la música ella nos retribuye en igual forma.

Porque, espero ustedes impriman su propio sentir, que esta música en especial les permita comunicarse con otros. Que ustedes hagan su propia interpretación y estilo en la ejecución de la jarana.

Porque el aprendizaje nunca termina, porque no hay un solo camino, y menos, un único maestro.

Reitero, la música es un bien social, pertenece a todos, pero a nadie en particular, hoy pretendo retribuir a este género con este breve trabajo. Los versos, pisadas y letras pertenecen a los soneros que lo produjeron.

Este texto se escribe sin fines de lucro, y con el único objeto de apoyar el aprendizaje de quienes no pueden ir los talleres que de son jarocho se imparten o pagar un maestro.


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Es acá donde se vuelve retroalimentario, si, ya se, suena a comido, a eso me refiero, exactamente... comamos...